Combate del Hotel Nacional

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El Combate del Hotel Nacional se produjo el 2 de octubre de 1933, cuando las tropas de Fulgencio Batista y Ramón Grau San Martín, que apoyaban al Golpe de Estado en Cuba del 4 de septiembre de 1933 asaltan al Hotel Nacional. Allí se habían refugiado los oficiales reaccionarios que estaban en contra de las revoluciones de 1933, creando un foco de resistencia contra el nuevo gobierno.


Antecedentes

Hotel Nacional hoy. Visto desde el Malecón
Vista aérea del hotel desde el lado opuesto
Vista aérea del hotel de antes de la revolución

La política autoritaria del general y Presidente Gerardo Machado (1871-1939) y la Crisis de 1929 sumieron a Cuba en una de las peores crisis económica y sociale de su historia. Se produjeron numerosas manifestaciones de estudiantes y trabajadores, y el descontento de todos los sectores, incluyendo al Ejército.

El 12 de agosto de 1933 fue declarada una huelga general revolucionaria, encabezada por Rubén Martínez Villena, que tambaleó al régimen del dictador. El entonces Jefe del Cuerpo de Aviación del Ejército Julio Sanguily Echarte, que era de los conspiradores contra Machado, lanza por la radio del Cuerpo de Aviación la noticia, de que el Batallón Número Uno de Artillería había tomado militarmente al Estado Mayor del Ejército, sumándosele más tarde diversos Distritos Militares y la fortaleza de La Cabaña, en demanda de la renuncia del presidente Gerardo Machado. El responsable de este levantamiento era médico oculista Horacio Ferrer, coronel retirado, antiguo jefe de Sanidad del Ejército y Coronel del Ejército.

Al oír la noticia, el pueblo sale a la calle en revuelta general.

Machado buscó apoyo en las Fuerzas Armadas de Cuba, pero éstas se lo negaron, a excepción de pocas unidades. El Capitán Mario Torres Menier, sustituto de Sanguily como jefe de la Fuerza Aérea, le exige a Machado que abandonara el poder, bajo la amenaza de usar la aviación militar en su contra. El general Alberto Herrera, Jefe del Estado Mayor del Ejército, aunque con dudas, también se opuso a Machado. Este fue uno de los momentos decisivos en la Revolución de 1933. Machado se vio entonces obligado a dimitir y abandonó Cuba el 13 de agosto de 1933, triunfando así la Revolución de 1933.

Tras esta revolución, quedó como presidente provisional Carlos Manuel de Céspedes (hijo del Padre de la Patria). Céspedes destituye a varios oficiales comprometidos con Machado, como el Jefe del Estado Mayor del Ejército, general Alberto Herrera.

En su lugar el presidente designa al coronel Julio Sanguily Echarte, ascendiéndolo al mismo tiempo de Coronel a Mayor General. A su antiguo cargo de Jefe del Cuerpo de Aviación del Ejército es nombrado el sustituto de Sanguily en el Cuerpo de Aviación, Mario Torres Menier.

El gobierno de Céspedes resultó débil, no satisfacía las perspectivas de diferentes sectores de la sociedad tras la Revolución del 33 contra Machado. Desde el reformismo moderado con el Doctor Ramón Grau San Martín al frente, los revolucionarios radicales con Antonio Guiteras Holmes, y la derecha con el Ejército. Estas corrientes no estaban satisfechas con el gobierno de Céspedes, a quien veían como la continuación del de Machado, y porque además contaba con el apoyo de Estados Unidos, en contra de la revolución.

La oficialidad del Ejército también apoyaba la corriente que pretendía frenar la revolución del 33, y defender sus privilegios. En esta situación, los sargentos y soldados, que apoyaban la revolución pero no veían los cambios que satisfacieran sus demandas económico-sociales, comienzan a conspirar.

Como consecuencia, los sargentos del Ejército se sublevan en el Golpe de Estado en Cuba del 4 de septiembre de 1933, al cual se unen sectores civiles revolucionarios de la sociedad.

Es proclamado el nuevo gobierno de la Pentarquía, dirigido por Ramón Grau San Martín, quienes destituyen a Carlos Manuel de Céspedes. En nuevo gobierno designa a Fulgencio Batista como el nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército, sustituyendo al general Julio Sanguily Echarte.

Julio Sanguily casi no ejerció su cargo. A los dos días de su nombramiento, sufre la hemorragia de una úlcera perforada en el estómago. Inmediatamente fue hospitalizado, y fue intervenido quirúrgicamente de urgencia por el doctor Núñez Portuondo. Por azares del destino, al mismo tiempo se produce el Golpe de Estado en Cuba del 4 de septiembre de 1933.


En el Hotel Nacional

El ex-jefe del Ejército, general Julio Sanguily Echarte
Fulgencio Batista con sus hombres, noviembre de 1933

Sanguily aún convaleciente tras la operación quirúrgica, se ve obligado a alojarse en el nuevo Hotel Nacional para recuperarse.

La causa era que la administración del hospital donde el Mayor General Julio Sanguily Echarte había sufrido una operación de emergencia, le informara al mismo que tenía que usar otro local para su convalescencia. Esto se debía a que el incontable y caótico flujo de visitantes a ese paciente, hacían imposible las funciones normales del hospital. Dos días antes de ser ingresado, Sanguily había sido nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército de Cuba y ascendido de Coronel a Mayor General, por el Presidente Céspedes.

Sanguily. escogió al Hotel Nacional, porque allí se encontraba trabajando su hijo, el Dr. Julio Sanguily. También se encontraba alojado en este Hotel el Embajador de Estados Unidos Sumner Welles, opuesto al golpe de estado de Batista. Esto les servía de protección adicional contra posibles represiones del nuevo gobierno.

Los oficiales depuestos no reconocieron al nuevo gobierno tras el Golpe de Estado en Cuba del 4 de septiembre de 1933, y sólo aceptaban de jefe a Sanguily.

Ellos continuaron el flujo de visitas a Sanguily, sólo que ahora no al hospital, sino al Hotel. Muchos prefirieron alojarse en el hotel, como sede de Sanguily y Welles. Los oficiales del ejército, destituídos pero no despojados de sus grados, pronto convirtieron al hotel en el foco de la resistencia a la Pentarquía y Batista.

Al principio el señor Robert P. Taylor, administrador del Hotel Nacional, se negó a alojar a los oficiales, alegando la falta de habitaciones libres. Pero al ver el cariz de los acontecimientos, los turistas comenzaron a abandonar el hotel. Por su lado, los oficiales hicieron una colecta de dinero, y le aseguraron a Taylor, de que no habría problemas con el pago del alojamiento.

Con rapidez se organizó el puesto militar del hotel y hasta crearon una oficina de información a cargo de dos tenientes, uno del ejército y otro de la Marina. Taylor, preocupado por el sesgo que iban tomando las cosas, pidió instrucciones al presidente de la corporación (Nueva York) y le respondieron que no se preocupara. Los oficiales hicieron del hotel una fortaleza con ametralladoras, con defensas en cada piso, y se prepararon para combatir, rodeados por los militares de Batista y milicias de partidos políticos.

Los empleados cubanos y los gastronómicos del hotel se negaron a servir y atender a los nuevos huéspedes, abandonando sus puestos de trabajo.

Sanguily no participó activamente en estas acciones, opinando que poco podía hacer, y convaleciente. Tras varios días de conversaciones, ante la amenaza de la intervención norteamericana, Batista y Grau deciden asaltar el Hotel Nacional y poner fin a la sedición.


El combate

El 2 de octubre de 1933 comienza el asalto, que se prolongó 11 horas. Los asaltantes llamaron a los rodeados a rendirse, y por fin los sitiados cedieron, dispuestos a rendirse. Un grupo de oficiales instaron a Sanguily para que pusiera bandera blanca, ya que se había acordado la rendición. Pero él se mostró renuente a hacerlo, hasta que uno de sus ayudantes, el capitán Miguel Cutilla lo ordenó; y los tenientes Virgilio Beltrán y Ubeda fueron los ejecutores de la orden.

Inmediatamente una avalancha de soldados en desorden y milicianos civiles irrumpieron amenazadoramente en el lugar. La serenidad de Sanguily, de pie en el lobby junto con Ferrer, parece que los impactó. El teniente Belisario Hernández, antiguo subalterno de Sanguily, los sacó del lugar imponiéndose a quienes, en la calle, pedían sus cabezas, junto con los dos hijos del general Julio Sanguily. Conducidos por el sargento Díaz Castañeda y custodiados por los soldados que el teniente Hernández indicó, fueron conducidos a La Cabaña, en calidad de detenidos, por haber sido los líderes del frustrado levantamiento.

Esta precaución de Hernández no fue en vano, porque otros 10 oficiales sí fueron ejecutados tras rendirse, entre ellos el coronel Blas Hernández.


El Hotel Nacional

Cañón Krup de la batería de Santa Clara, en los jardines del Hotel
Cañón Ordoñez de la batería

Es hotel más famoso de La Habana y toda Cuba, y se eleva sobre un pequeño acantilado en la costa, ofreciendo vistas espectaculares del mar y de La Habana. Este inmueble tiene ocho pisos y 442 habitaciones.

El hotel fue inaugurado en 1930. Fue construído en el saliente costero de Punta Brava, que era un sitio habitual de desembarcos de piratas durante los siglos XVII y XVIII, por lo cual la metrópoli española ubicó en el lugar la famosa batería de cañones de Santa Clara, de la cual se observan todavía dos piezas: el cañón Krupp y el Ordoñez, en los jardines del hotel.

En la época la Habana ya recibía 60.000 turistas al año, y era imperante tener ya un hotel de lujo. El presidente Gerardo Machado le encomendó la tarea a su Ministro Obras Públicas Carlos Miguel de Céspedes, apodado "El intrépido". El contrato por 3 millones de pesos se lo llevó la Purdy and Henderson, de la Casa Morgan, para construírlo en 14 meses. El hotel fue inaugurado el 30 de diciembre de 1930.

En el hotel se han alojado en su historia personajes ilustres. En los años 30 ellos fueron: Johnny Weismuller (Tarzan), Edward VIII (Príncipe de Gales), Jack Dempsey, Tom Mix, José Mujica, Buster Keaton, Emilio Roig, Amadeo Barletta, Rita Montaner, José Raúl Capablanca, Tito Guizart, Trío Matamoros, Ñico Saquito, Errol Flynn, los mafiosos Santos Traficante (father) y Meyer Lansky (luego socio de Fulgencio Batista).

En los años 40 las visitas fueron: el magnate del acero Barón Thyssen Bornemicza, George Raft, Amanda Ledesma, Betty Grable, Rómulo Gallegos, María Félix, Jorge Negrete, Pedro Vargas, el Duque y la Duquesa de Windsor, Carol II de Rumania, Mario Moreno (Cantinflas), Tyrone Power, Lucky Luciano, Rita Hayworth, Ali-Khan, Ernest Hemingway, Fred Astaire, el Trío Los Panchos, Ernesto Lecuona, Hugo del Carril, Germán Valdés (Tin Tan), Bola de Nieve, César Romero y Gary Cooper.

En 1945 en el hotel fue fundada IATA (International Air Transport Association), que rige hasta hoy el orden en las aerolíneas del mundo. En diciembre de 1946 el hotel fue contratado completo para el más famoso encuentro de las familias de la Cosa Nostra norteamericana. En febrero de 1946, Sir Winston Churchill se hospeda en su suite Republica.

En los años 50 las visitas célebres fueron: Nat King Cole, Nelson Rockefeller, Frank Sinatra, Ava Gadner, Sir Alexander Fleming, Arturo de Córdoba, Agustín Lara, Hermanos Iturbide, Ferrucio Burco, Pedro Almendaris, Spencer Tracy, Marlon Brando, Pablo Casals, Lucho Gatica, John Wayne, Mickey Mantle, Stan Musial, Leopold y Baudouin de Bélgica, Walt Disney, Sara Montiel, los Chavales de España, Libertad Lamarque, Porfirio Rubirosa, Esther Borja, Lola Flores.

El hotel fue la sede de la fundación del Movimiento Revolucionario 26 de Julio de Fidel Castro.

Ellos años 60 lo visitaron Celia Sánchez Manduley, los Comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, Yuri Gagarin, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Josephine Baker, Bola de Nieve, Esther Borja. En los 70 fueron Alejo Carpentier, Wilfredo Lam, Gabriel García Márquez.

Durante la Crisis de los misiles de 1962 el hotel fue rodeado por baterías antiaéreas, también emplazadas en su techo, y en sus jardines se cavaron trincheras.

En los años 80 entre sus visitantes estaban Geraldine Chaplin, Danielle Mitterrand, Harry Belafonte, Manuel Vázquez Rañas, Pierre Cardin, Paco Rabanne, Michel Legrand, Robert de Niro, Arnold Schwarzenegger, Diego Armando Maradona, Alicia Alonso, Ana Belén, Víctor Manuel, Francis Ford Coppola, Muhammad Ali, Imanol Arias, Rubens de Falce, Adriana Estevez, Klaus Maria Brandauer, Victoria Abril, Henry Aaron, Javier Sotomayor, Teófilo Stevenson, Danny Glover, y Soraya, ex-emperatriz de Iran.

Después del 2000 lo han visitado Hugo Chavéz Frías, Abdelazis Bouteflika, Daniel Barenboim, Joan Manuel Serrat, Jian Zemin, Benicio del Toro, Fito Paez, Jonathan Demme, Kevin Costner, the Backstreet Boys, Jodie Foster, Oliver Stone, Steven Spielberg; Sara Montiel, la nieta de Winston Churchill Celia Sandys, Vilma Espín, Rigoberta Menchú, Luis Ignacio Lula da Silva, Hu Jintao, Kofi Annan, Evo Morales, Rafael Correa, Michelle Bachelet, Cristina Fernández de Kirchner, Martín Torrijos, Peter Coyote, Robert Duvall, Frei Betto, el grupo 'Kool & the Gang', Jacob Gedleyihlekisa Zuma, Nikita Mijalkov, James Carter, Danny Glover, Viktor Yushchenko, Mahmoud Ahmadinejad, Bashar Al Assad, Sergei Stepashin, Adelmo Zucchero, y otros.

El hotel fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Monumento Nacional de Cuba en 1982, lo cual incluye su batería de artillería de Santa Clara.

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