Ulises Estrada Lescaille

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Ulises Estrada Lescaille
Apodo Dámaso José Lescaille Tabares (nombre real)
Nacimiento 11 de diciembre de 1934
Bandera de Cuba.png Santiago de Cuba, Cuba
Defunción 26 de enero de 2014
Bandera de Cuba.png La Habana, Cuba
Lealtad Bandera de Cuba.png Cuba
Nacionalidad Bandera de Cuba.png Cubana
Residencia Bandera de Cuba.png Cuba
Profesión Dirigente de los servicios secretos y de seguridad
Mandos * Jefe provisional de la Sección de Operaciones del G-2 en el Escambray (1961)
* Jefe de la Dirección V del Viceministerio Técnico del MININT (1964-1975)
* Vicejefe del Departamento América (DA) (1975-1979)
Acciones Guerrilla del Che Guevara en Congo
Guerrilla del Che Guevara en Bolivia
Guerrillas de Guinea Bissau
Condecorado Numerosas condecoraciones
Cónyuge Dos matrimonios
Hijos Dos hijas

Ulises Estrada Lescaille (nombre de guerra, su nombre real era Dámaso José Lescaille Tabares) fue un combatiente revolucionario, dirigente de los servicios secretos cubanos en el apoyo de sus actividades subversivas. Estuvo vinculado a Ernesto Che Guevara y fue amante de la mítica guerrillera alemana Tania Bunke (1937-1967). Tras estas tareas se dedicó al periodismo, dirigiendo la revista Tricotinental.

Inicios

Ulises Estrada nació en Santiago de Cuba el 11 de diciembre de 1934. Fue miembro de la familia de Antonio Maceo, siendo bisnieto de María Baldomera Maceo y tataranieto de Mariana Grajales y Marcos Maceo.

En 1955 tras acabar el bachillerato, se unió a la lucha revolucionaria, al incorporarse al Movimiento 26 de Julio. Participó en la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista en Santiago de Cuba y la Habana.

Tras el triunfo de la revolución en 1959 se incorpora al Ejército Rebelde, siendo oficial de la Dirección de Inspección y de la Dirección de Inteligencia (G-2) del Estado Mayor del Ejército Rebelde.

En 1960 es nombrado jefe provisional de la Sección de Operaciones del G-2 en la zona del Escambray, ubicada en la antigua provincia de Las Villas, donde ya había comenzado la lucha contra las guerrilla contrarrevolucionaria apoyada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Allí en el Escambray estuvo al lado del Comandante Manuel Piti Fajardo cuando este fue emboscado y muerto, y él mismo se encargó de capturar al asesino.

Al fundarse el 6 de junio de 1961 el Ministerio del Interior (MININT), pasa a trabajar a este organismo, como segundo jefe del Departamento (MOE) del Viceministerio Técnico (VMT, Inteligencia Política). Su superior era el legendario jefe de los servicios secretos cubanos, comandante Manuel Piñeiro Losada ("Barbaroja", 1933-1998). Este departamento era el encargado del apoyo cubano a los movimientos de liberación nacional por el mundo.

Estrada recordaba con admiración el desembarco cubano del 14 de junio de 1959 en la República Dominicana contra el dictador Rafael Leónidas Trujillo, y el buque "Bahía de Nipe", que en 1961 llevó armas a los guerrilleros argelinos que combatían contra el colonialismo francés, y regresó a Cuba con guerrilleros heridos y enfermos de ese conflicto. Declaró: "Fidel en todo momento dirigió esos esfuerzos y lo secundaron al mayor nivel el Che Guevara y el Comandante Manuel Piñeiro".

A fines de 1961 conoce a Ernesto Che Guevara, quien era entonces ministro de Industrias. El Che en su despacho o en su residencia, después de haber finalizado el trabajo del día, tarde en la noche o muy temprano por la mañana, recibía a dirigentes y combatientes revolucionarios de los movimientos de liberación nacional y partidos políticos de la izquierda latinoamericana, que venían a Cuba a intercambiar opiniones sobre la situación en sus países, y a solicitar ayuda material y política para su lucha. Estrada ayudaba al Che a resolver estas tareas.

La primera tarea que le encomendó el Che fue de ayuda a unos revolucionarios de Colombia que le pidieron ayuda. "Eran jóvenes del Movimiento Obrero Estudiantil de Colombia que fracasaron y luego crearon el Ejército de Liberación Nacional (ELN)".

En esta línea, en 1963 Estrada, por instrucciones del Che, organiza la "Operación Sombra", la organización de las guerrillas en Argentina, al mando del periodista argentino Jorge Ricardo Massetti (el comandante Segundo). Tras un combate con el Ejército argentino la naciente guerrilla fue derrotada y Masseti desapareció el 21 de abril de 1964 en la selva.

Estrada, también por orden del Che Guevara, participa en la organización de dos guerrillas en Perú (Operación Matraca) en 1964, comandadas una por Héctor Béjar y otra por el doctor Luis de la Puente Uceda. Ambas igualmente fracasan.


Amante de Tania la Guerrillera

Libro de Ulises Estrada sobre sus relaciones con Tania la guerrillera, 2005

Al organizarse la Guerrilla de Ernesto Che Guevara en Bolivia, Estrada fue el oficial operativo encargado de preparar para esta misión a la joven alemana Haydée Tamara Bunke Bider (1937-67), más conocida como "Tania la guerrillera", quien fue la única mujer en la guerrilla del Che en Bolivia. Ella había llegado a Cuba en 1961 desde la República democrática Alemana (RDA), dispuesta a participar en misiones revolucionarias.

Su relación con Tania, Estrada la describiría en su libro "Tania la guerrillera y la epopeya sudamericana del Che", de 334 páginas y 29 fotos, editado por Ocean Press en 2005.

Estrada y Tania se conocen en marzo de 1963. Pronto el oficial operativo y su subordinada comienzan sus relaciones amorosas, algo prohibido oficialmente por violar todas las reglas establecidas en las unidades del VMT del MININT. Más todavía, cuando Estrada estaba casado y con dos hijas pequeñas. Escribe estrada en su citado libro:

Poco a poco nos fuimos conociendo, y en los momentos de mutua relajación, comenzamos a compartir nuestras correspondientes inclinaciones hacia la música, la literatura, el cine y el deporte (...) A ambos ya nos unían vínculos emotivos entre jefe y subordinada, entre un oficial operativo y su agente, o, si se prefiere, entre un compañero y una compañera implicados en una misión internacionalista. (...) Compartíamos nuestros sentimientos y vivencias personales en los lugares alejados de los sitios donde recibía su entrenamiento», recuerda Ulises y agrega: «En esos momentos tenía ante mí a Haydée Tamara.(...)


En esos ambientes íntimos, una noche del año 1963, cuya fecha exacta mi ya envejecida memoria no alcanza a precisar, ocurrió lo inevitable. Estando en Playa Baracoa, sentados en la arena, mirándonos fijamente a los ojos, ambos nos confesamos, y luego nos entregamos a nuestro amor. Y lo hicimos con la pasión propia de nuestra edad (...). Los dos sabíamos que era un amor prohibido (...), pero también sentíamos que ya no nos podíamos contener. Estábamos convencidos de la pureza de nuestros sentimientos y de que estos no afectarían nuestras relaciones de trabajo. [1].

En un principio ambos pretendían mantener la relación en secreto, pues por el carácter de sus trabajos, no las podían tener. Pero sus sentimientos fueron creciendo tanto, que sus amigos lo comenzaron a notar. La pareja se lo dijo a Juan Carlos, el compañero de trabajo de Estrada, pero el amigo decidió callar como cómplice. Sintiendo remordimiento, la pareja decidió informar sobre sus relaciones a su superior Manuel Piñeiro Losada. Estrada fue a la casa de Piñeiro. Piñeiro al principio se enojó. Pero pronto decidió permitirle las relaciones, a condición de que se mantuvieran secretas para el resto de los oficiales, para evitar el relajamiento de la moral.

Al partir a Bolivia, Tania el 11 de abril de 1964 le escribe una carta a sus padres Erich y Nadia, donde confiesa sus relaciones amorosas con Estrada y su profundo cariño por él:

"Bueno, ahora otra cosa: si no me roban a mi negrito antes de que yo vuelva, entonces me voy a casar. Si habrá enseguida “mulatitos”, no sé, pero sería muy posible. ¿Qué aspecto tiene? Flaco, alto, bastante negro, típicamente cubano, muy cariñoso (...). Están ustedes de acuerdo??? ¡Ah!, he olvidado lo más importante: muy revolucionario y quiere también a una mujer muy revolucionaria. [1].

Ambos tenían la intención de casarse cuando Tania regresara de su misión en Bolivia. Pero el destino fue diferente.

El 9 de abril de 1964 Tania sale de Cuba comenzando su misión con un viaje por Europa. En ocrubre llega a Bolivia. Tras varios éxitos infiltrándose en el enemigo, en diciembre de 1966 es descubierta y se ve obligada a quedarse definitivamente en la guerrilla de Ernesto Che Guevara. El 31 de agosto de 1967 el destacamento de Tania cae en una emboscada del Ejército boliviano, cruzando el río Grande. Tania muere con sólo 29 años. Ernesto Che Guevara cae poco después, el 9 de octubre de 1967.

Estrada se divorció de su primera esposa, y estuvo esperando a Tania estos años. Luego volvió a contraer matrimonio, aunque afirmaba que siempre recordaba a Tania.

Por una provocación montada por la CIA, a Ulises Estrada lo expulsaron de Bolivia. Ya en Cuba fue castigado por su amigo, el capitán Carlos Chaín, segundo de Piñeiro en el viceministerio técnico.


Apoyando al Che Guevara en el Congo

Tras esta epopeya, el comandante Piñeiro nombra a Estrada como jefe de la Dirección General V del Viceministerio Técnico (VMT) del MININT, encargada del apoyo cubano a los movimientos de liberación nacional de África y Medio Oriente.

En 1965 Estrada fue uno de los organizadores de la guerrilla del comandante Ernesto Che Guevara en el Congo, que combatió de abril de 1965 a noviembre del mismo año.

Durante esta misión, Estrada estuvo cinco meses navegando en el barco "Uvero" alrededor de África, abasteciendo a diversas guerrillas del continente (como Guinea Bissau y Cabo Verde) con con armas, uniformes, medicinas, utensilios agrícolas. El viaje concluyó en Dar es Salaam, Tanzania, donde entrega suministros destinados al Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), al Consejo Supremo de la Revolución (CSR) y para el grupo de asesores militares cubanos en el Congo.

Finalizado el viaje en el Uvero, Estrada se incorpora a la misma guerrilla del Che en el Congo. Tenía la misión de hablar con el Che Guevara. Sucede que antes de salir al Congo, el Che había escrito una carta de despedida, que debía ser publicada sólo en caso de su muerte u otra circunstancia que pudiera comprometer a Cuba. Pero mientras el Che Guevara combatía de incógnito en el Congo, se desataron los rumores sobre su desaparición. Fidel Castro decidió cortarles el paso, leyendo el 3 de octubre de 1965 la famosa carta de despedida del Che. Esto fue un golpe para el Che, y Estrada debía explicarles las razones de Fidel al Che.

En noviembre de 1965 la OUA pide a Tanzania terminar el apoyo a las guerrillas, y así finaliza la misión del Che Guevara en el Congo Al salir del Congo, Estrada cumple otra misión del Che en Brazzaville, para realizar un canje y obtener dinero congolés.

Sin embargo, tras haber sido publicada su carta, el Che Guevara no quería volver a Cuba y se quedó en Tanzania. Tras muchas deliberaciones con La Habana, el Che por fin decide que debía viajar a Praga y estar allí un tiempo mientras decidía qué hacer.

Praga fue escogida por el Che, por la posibilidad de permanencia incógnita en su barrio de La Mala Strana, y la imposibilidad de hacer lo mismo con los soviéticos, porque éstos no aprobaban la exportación de la revolución por parte de Cuba.

Estrada hacía estos viajes entre Cuba y Tanzania, y volvió hacia el Che acompañado por el doctor Luis García Gutiérrez, "Fisín", un estomatólogo del Ministerio del Interior, encargado del enmascaramiento del Che para que no pudiera ser reconocido en su traslado a Praga. A comienzos de 1966, una vez presentadas a Fidel Castro las fotos del enmascaramiento, Estrada viaja con el Che hacia Praga, con escalas en el Cairo y Belgrado. Estrada relata:

"Por mi experiencia en el trabajo clandestino, fui designado por el Che. jefe del grupo –que integrábamos solo nosotros dos–; sin embargo, un pequeño error durante la espera del vuelo en un punto intermedio, hizo que me destituyera, asumiendo él personalmente el mando. Al tomar el avión me devolvió la recién otorgada jerarquía y me encomendó tomar las medidas necesarias para que su presencia en la escala en Yugoslavia no levantara sospechas, convencido de que podrían informárselo a la CIA.

En Praga nos atendió el compañero José Luis Ojalbo, nuestro contacto con los órganos de la Seguridad checa, quien nos alojó en un pequeño apartamento situado en una azotea que le habían entregado los checos para el tránsito de los revolucionarios que clandestinamente viajaban a y desde Cuba. El apartamento constaba de un cuarto con dos camas, una mesita, una cocinita y un pequeño baño, que era utilizado por compañeros de menores responsabilidades políticas, por lo que no era lógico sospechar que allí se encontraba el Che.

Durante los primeros dos días me hice cargo de la limpieza, de hacer el café, preparar el agua caliente para la hierba mate que él tomaba, y de cocinar los alimentos ligeros. Luego él distribuyó el trabajo, y comenzamos a turnarnos en la ejecución de estas tareas domésticas.

De vez en cuando, en horas de la noche, salíamos con José Luis a algún restaurante en las afueras de Praga, o dábamos un paseo en auto por la ciudad.

El Che me prohibió decirle comandante y me pidió que lo llamara solamente por el nombre de su pasaporte "Ramón", pues los checos sabían que esa era una casa que utilizaba la Inteligencia cubana, y podían tener colocados micrófonos ocultos, y de enterarse quién era él, de alguna manera podría llegar la información a la CIA.

Me costó mucho trabajo decirle Ramón y tratarlo de tú, de igual a igual, pero al fin tuve que adaptarme y entender que debíamos tomar todas las medidas de seguridad posibles.

En Praga fui testigo del intenso intercambio de mensajes entre el Che y Fidel, por vía secreta o a través de Papi *, que servía de enlace, y de sus conversaciones con este último, bien cuando iba o venía de La Paz o de La Habana.

Pasábamos el tiempo jugando ajedrez, o bien él leía, siempre con un tabaco entre sus labios. Yo escuchaba música de los únicos dos discos que teníamos: uno de Miriam Makeeba, que le gustaba mucho, y otro de los Beatles, que al principio le disgustaban, pero luego de oírlos varias veces llegaron a gustarle tanto que me pedía se los pusiera.

Conversábamos de muchos temas: la guerra en la Sierra Maestra, el papel de Fidel, que fue quien maduró en él las ideas socialistas; la victoria, la etapa del sectarismo, las perspectivas del Ejército Rebelde… La discriminación y la autodiscriminación racial en Cuba, la necesidad del desarrollo industrial como forma única de consolidar la revolución. Mientras los refrescos que hacemos sepan a jarabe medicinal, no habrá revolución, me decía.

El antimperialismo era una divisa inseparable de su pensamiento político. En una ocasión pedí me compraran cigarrillos y José Luis me trajo unos norteamericanos. Mientras fumaba, el Che me observaba constantemente hasta que me preguntó por los cigarrillos. Al mencionarle la procedencia me dijo en un tono jocoso: ¿No podías fumar unos cigarros menos imperialistas? Los cambié por cigarrillos ingleses y entonces me dijo: Bueno, esos al menos son menos imperialistas.

Las salidas nocturnas quizás cambiaron el curso de mi vida revolucionaria. En los restaurantes las camareras se fijaban mucho en mi físico, les llamaba la atención mi piel negra y el abundante pelo que entonces adornaba mi cabeza, así que me tocaban una y otra vez.

Un día el Che me dijo que por ser negro llamaba mucho la atención, y que por esa razón podían descubrirlo. Entonces me orientó pedir a Piñeiro que le enviara un compañero de piel blanca para que lo acompañara en Praga. Fue cuando llegó Juan Carretero, "Ariel", con una importante misión especial. Él me reemplazó durante unos días, hasta que Alberto Fernández Montes de Oca se quedó como el acompañante permanente del Che. Posteriormente salieron de la ciudad y se alojaron en una finca. Harry Villegas, "Pombo", y otros compañeros se incorporarían después.

Mientras Papi viajaba a Bolivia a iniciar los preparativos de la guerrilla, regresé a La Habana. Por mucho que insistí, el Che no me aceptó como voluntario en la nueva campaña guerrillera. Decía que yo le era más útil a Piñeiro con mi experiencia conspirativa, que a él con mi poco conocimiento de la guerrilla. A pesar de mis esfuerzos para persuadirlo, su decisión prevaleció y quedé fuera de esa etapa, significativa, de la historia de América." [2].
  • José María Martínez Tamayo, "Papi", era uno de los agentes cubanos organizadores de la guerrilla del Che en Bolivia, donde posteriormente moriría en combate.


En Chile con Allende

Salvador Allende con el fusil AKMS que le regaló Fidel Castro

En 1970 bajo la dirección de Manuel Piñeiro Losada, participa en la fundación de la Dirección General de Liberación Nacional (DGLN) del MININT.

En noviembre de 1970 Salvador Allende triunfa en las elecciones en Chile, y la DGLN trabajó muy estrechamente para fortalecer su la posición, cada vez más precaria. El jefe de la estación de la DGI, Luis Fernández Oña, estaba casado con Betriz, hija de Salvador Allende, quien luego se suicidó en Cuba.

En 1973 Estrada viaja a Chile con su esposa, para participar directamente en la organización de este apoyo a Allende. En la madrugada del 27 de julio de 1973 cuando festejaba el 26 de julio, se entera de la muerte en atentado del Edecán Naval de Allende, el Capitán de Navío Arturo Araya, asesinado por un comando terrorista. Estrada parte inmediatamente en su auto para la Embajada de Cuba, y por el camino es tiroteado por Carabineros de Chile, a los que dispara en respuesta. Los carabineros se dispersan y Estrada logra entrar en la Embajada.

Estrada, Patricio de la Guardia y otros agentes cubanos en Chile veían la situación empeorar y se preparaban para efrentar el golpe de estado que se avecinaba. Fortificaban la Embajada de Cuba, reunían armas y alimentos.

Pero el 11 de septiembre de 1973 se produce el golpe militar de Augusto Pinochet. Los agentes cubanos en el Palacio de la Moneda resisten valientemente apoyando a Salvador Allende con sus fusiles Kahlasnikov AKM, cuyo vuelo de proyectiles trazadoras asustaba a los militares chilenos, que pensaba les tiraban con lanzallamas. Allende resistió un tiempo con un AKMS que le había regalado Fidel Castro, pero al final se suicidó.

Este suicidio fue muy controvertido y polémico, y Estrada se mostró enojado con las dudas, al afirmar 31 años después de los sucesos (el 11 de septiembre de 2004):

"A los cobardes que después de la acción más heroica que haya emprendido presidente latinoamericano alguno, tratan de desmeritarlo, 30 años después les digo que para nosotros Allende murió en combate y que si hubo suicidio, este no fue más que su último acto como combatiente."[3].

Tras la muerte de Allende, los cubanos se refugiaron en la Embajada de Cuba, fortificada y asediada. Estrada relata lo sucedido:

"Nos preparamos, nos organizamos, construimos refugios con el apoyo de constructores cubanos en la embajada, un puesto médico, soterramos agua, colectamos alimentos enlatados, y, por supuesto alistamos nuestras armas. Convencidos de que con pueblo solo no se podía hacer la Revolución, hacían falta las armas. Y con las armas solo no se podía hacer la Revolución. Hacía falta también el pueblo, también apoyamos a los partidos Socialista y Comunista en su preparación para defender la Revolución que estaban tratando de construir. En menor cuantía apoyamos igualmente al MAPU y la Izquierda Cristiana, preparando a sus hombres para combatir si era necesario.

En ese sentido cumplíamos estrictamente las instrucciones de la dirección de nuestro Partido de hacer solo lo que solicitara o autorizara el Presidente Allende. Nada hicimos a sus espaldas. El sabía que el Golpe vendría y había que preparar a las fuerzas que apoyaban al gobierno para defender su Revolución. Y eso hicimos. En algunos casos con el conocimiento del general Prats y de Sepúlveda, el jefe de Carabineros, a quienes Allende informaba de algunas de estas actividades, cosa que no nos agradaba nada.

Por eso el Golpe de Estado no nos sorprendió a los cubanos. Un poco antes de las seis de la mañana del día 11, una amiga me llamó desde Valparaíso para informarme que estaba en camino el Golpe. De inmediato llamé al oficial de guardia de la Embajada y ordené poner CANDADO, que era la clave de movilización de todo el personal cubano ante un Golpe de Estado para, una vez en la sede diplomática, ocupar los respectivos puestos de defensa.

A las siete y treinta todo el mundo estaba listo y en el lugar asignado. Llamé a Carlos Altamirano, secretario general del Partido Socialista y a Samuel Riquelme, segundo jefe de la Policía de Investigaciones y miembro de la Comisión Política del Partido Comunista, para conocer qué sabían del golpe. Ellos no sabían nada hasta ese momento.

La Embajada estaba en Los Estanques y Pedro Valdivia, cerrada con unos grandes agua soterrada bajo una elevación de tierra al fondo y en el único acceso que teníamos por Pedro de Valdivia, se situaron terroristas de Patria y Libertad con grandes tanques ardiendo y armas visibles. Los edificios aledaños fueron tomados por el Ejército, que situó ametralladoras en los balcones, bien al descubierto. Detrás de las persianas, nosotros observábamos, sabíamos dónde estaban ellos, pero ellos no sabían dónde estábamos nosotros.

Es cierto que combatimos en dos ocasiones contra los militares golpistas y hoy puedo decir que en las dos ocasiones los derrotamos.

Tras el primer ataque, sobre el mediodía, que respondimos de inmediato, se comunicó con nuestro embajador (Mario García Incháustegui) el Almirante Carvajal amenazando con que nuestros disparos podían dar lugar a una respuesta fuerte y decidida. Nos atacan y luego nos amenazan. El embajador respondió que eran ellos quienes habían disparado y que nosotros nos defenderíamos ante cualquier nueva agresión. Poco después llegó a la Embajada el Embajador sueco, Ernest Edelstam ofreciendo a Incháustegui llevarnos agua y comida y su disposición de quedarse con nosotros ante la seguridad de que seríamos atacados nuevamente.

Ya entrada la noche, el Comandante O’Paso llamó por teléfono y habló con el embajador para pedirle que el compañero Luis Fernández Oña los acompañara a recoger a la esposa de Allende y a sus hijas, según dijo con el objetivo de entregarles el cadáver del Presidente para que le dieran sepultura en Valparaíso. El capitán Gac quien habló posteriormente por teléfono conmigo, dijo que él era quien recogería a Luis y al yo alertarle del peligro que ello entrañaba por el cerco militar que tenía la embajada, se comprometió a tomar todas las medidas y que él iría a pie, por el centro de la calle a recogerlo. No cumplió su palabra. Fueron ellos los que dispararon con ráfagas de ametralladora cuando Luis y el Embajador salieron a la puerta a esperar al capitán que había vuelto a llamar anunciando que se dirigía a la embajada. Fueron ellos los que traidoramente abrieron fuego contra nuestros compañeros y fuimos nosotros quienes respondimos a esta agresión con todas nuestras posibilidades causándoles un número indeterminado de bajas que los obligó a replegarse.

Unos minutos más tarde llamó por teléfono el general Benavides para reclamarnos que estábamos disparando con un alto poder de fuego, que utilizamos balas trazadoras, que de la Embajada salían bolas de candela. Añadió que pondrían sus armas al nivel de las nuestras y que si no regresábamos a Cuba, nos bombardearían. Aquella era la segunda gran amenaza directa de los fascistas contra nosotros.

Respondí que si volvían a atacarnos responderíamos con más fuerza aun, con todas nuestras armas; que en esos momentos no teníamos los medios disponibles para regresar a Cuba y que antes había que discutir con nosotros las condiciones de ese regreso. Todo indicaba que el objetivo principal de ellos no era combatir directamente contra nosotros, lo importante era que solo saliéramos de la Embajada para regresar a Cuba, ante el temor de que pudiéramos convertirnos en una fuerza beligerante que se uniera a la resistencia que ya le hacían grupos de izquierda, acción que francamente no estaba entre nuestros objetivos.

En su primera comparecencia por TV en horas de la noche, Augusto Pinochet había anunciado la ruptura de las relaciones diplomáticas con Cuba y Corea.

El coronel Uros Domic fue el designado para negociar nuestra salida. Había estado con el Comandante en Jefe cuando visitó Chile, era amigo de nuestro Embajador y los hijos de ambos mantenían muy buenas relaciones personales.

El Embajador y yo dirigimos la negociación. Nos preguntaron si teníamos refugiados políticos en la Embajada, aclarando que no podrían acompañarnos la periodista Fridda Modak -que no estaba en la Embajada- ni Max Marambio que sí estaba, aunque no refugiado si no como un compañero más que compartía con nosotros la defensa de la Embajada. Personalmente hablé con Max cuando ya contábamos con la protección del embajador sueco Ernest Edelstam. Teníamos dos decisiones a tomar: quedarnos con Max y exponer a los 142 cubanos que se encontraban en nuestra sede, incluyendo 22 mujeres, o irnos y dejarlo a él protegido por el sueco. Max no titubeó un instante, me pidió que nos fuéramos, que él se las arreglaría con el sueco.

Planteamos a Domic que era necesario nos autorizaran a llevarnos nuestros documentos de archivos que estaban embalados en cajas. Planteó consultar y dispusieron que se presentara el jefe de Protocolo de la Cancillería, el cual en un gesto amistoso dijo que las leyes internacionales amparaban, ante la ruptura de relaciones, el derecho a llevarnos nuestros archivos. No tengo dudas que los militares sabían que no eran archivos lo que nos llevábamos en tantas cajas sino armas, pero lo importante para ellos era que nos fuéramos.

Nos fuimos y nos llevamos nuestras armas con la excepción de algunas que no habíamos podido entregar porque el Partido que las recibiría no acudió a la cita y otras que eran para el MIR, y que Allende nos había orientado entregarlas solo cuando se produjera el Golpe, algo que las condiciones no nos permitieron cumplir por estar rodeada la Embajada cuando fueron a recogerlas. Posteriormente Max las entregó todas al MIR.

Hasta aquí llega nuestro relato, aunque a 30 años de aquellos hechos creo que quedan muchas cosas por decir y faltan muchas otras por hacer."[3].

Otras tareas

Sepelio de Ulises Estrada en el Cementerio de Colón, La Habana, 27 de enero de 2014
Entierro de Ulises Estrada

Estrada cumplió misiones en zonas de guerra apoyando los comandos palestinos del Al Assifa (fundados en 1964, brazo armado del Fatah, componente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), contra Israel, por el rio Jordán.

Luego participó en la lucha de liberación nacional en Guinea Bissau, junto al líder independentista local Amilcar Cabral, jefe del PAIGCV, quienes por fin proclaman la independencia el 24 de septiembre de 1973, reconocida por Portugal en 1974.

En la reforma de 1975, la DGLN (fundada en 1970) fue sacada del MININT y transformada en el Departamento América (DA), pero ahora perteneciente al Comité Central del Partido Comunista de Cuba. El DA se encargaba del apoyo a los movimientos revolucionarios en América Latina.Manuel Piñeiro Losada pasa de jefe del DGLN, a jefe del DA.

Estrada es nombrado Vicejefe Primero del DA desde su fundación, hasta 1979.

De 1979 a 1990 fue enviado al Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX). Presta servicio diplomático, siendo el Embajador de Cuba en Jamaica, Yemen del norte, Argelia, Mauritania y la República Árabe Saharaui Democrática.

En este período de trabajo en el MINREX también fue jefe de la Dirección de África y Medio Oriente, jefe de la Dirección del Movimiento de Países No Alineados, y Vice Ministro de Relaciones Exteriores.

Desde 1990, ya sin poder ser tan activo como antes, comenzó a dedicarse al periodismo. Fue designado jefe de Información del periódico "Granma Internacional". Desde este cargo, colabora como periodista para el bisemanario "El Habanero" (editado por el Comité Provincial del PCC de la provincia La Habana), la revista "Bohemia", y las emisoras Radio Habana Cuba y Radio Cadena Habana.

En 2000 fue designado director de la revista "Tricontinental", el órgano de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de África, Ásia y América Latina (OSPAAAL), en la que publicó algunos artículos.

Luego pasa a la redacción internacional de la revista "Bohemia", hasta su muerte.

Se licenció en Ciencias Sociales, e ingresó en la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

Fue coautor de los libros "Tania, la guerrillera inolvidable", y "Amílcar Cabral, un precursor de la independencia africana.", así como autor de "Tania la guerrillera y la epopeya sudamericana del Che" (2005).

Ulises Estrada falleció el 26 de enero de 2014, a los 79 años de edad en La Habana. Su cepelio se efectuó el día 27 en el panteón del Ministerio del Interior, en el cementerio de Colón, donde recibió el homenaje póstumo, con honores militares.

Referencias

Ver también

Enlaces externos